jueves, 10 de enero de 2013


BREVE HISTORIA

Las primeras referencias históricas al enclave de Uncastillo datan de los inicios del siglo X, momento en que bajo dominio del rey pamplonés Sancho Garcés I fue construida la fortaleza que da nombre a la Villa. Como enclave fronterizo frente a los musulmanes, Uncastillo tuvo un papel decisivo en el proceso de la reconquista cristiana, siendo en el ultimo tercio del siglo X escenario de ataques importantes dirigidos por el propio Califa Abd Alarman III o Almanzor.

Tras un nuevo impulso dado a la frontera por Sancho III el Mayor, el Reino de Aragón comenzó su andadura con Ramiro I. El primer monarca Aragonés y sus sucesores fueron ganando territorio a los musulmanes y consolidaron la frontera con nuevas construcciones. Las fortalezas más septentrionales fueron perdiendo su importancia aunque Uncastillo adquirió un nuevo valor estratégico en relación a Navarra. En el siglo XII Uncastillo vivió un periodo de esplendor que ha quedado reflejado en las seis iglesias románicas que conserva la Villa. Debido a este momento de esplendor religioso, cultural, socioeconómico y artístico Uncastillo experimento en esta época un profundo desarrollo urbanístico cuya estructura apenas ha sido modificada desde entonces conservando así todo su sabor medieval.

A mediados del siglo XVI la Villa volvió a vivir momentos de esplendor económico y cultural. Nuevas construcciones monumentales como el Ayuntamiento confirman este renacimiento. En 1543 fue fundado un Estatuto de Artes que llegó a competir con la propia Universidad de Huesca y donde impartió clases el destacado gramático Pedro Simón Abril. A comienzos de este siglo nació el Obispo Pedro Frago Garcés. Autor de Epistolarios y libros religiosos, fue un destacado humanista que estuvo presente en el Concilio de Trento, donde destaco como orador.

IGLESIA DE SAN MIGUEL


Templo románico de la segunda mitad del siglo XII y reformado en el XIII, fue desamortizado y pasó a manos de particulares. Allí hicieron viviendas aprovechando la fábrica, abrieron balcones en sus muros y ventanas en el ábside.


Lo más interesante de esta iglesia, en el plano escultórico, era su portada meridional. Dos pares de columnas, tres arquivoltas con personajes tras un baquetón, un tímpano con crismón trinitario y la disputa entre el bien y el mal por un alma.

En 1915 el obispo de Jaca vendió la portada por 800 pesetas (4,80 euros) al Museo de Bellas Artes de Boston en EEUU. La fundación Uncastillo Centro del románico lo rehabilitó en el año 2001 y la convirtió en un salón de actos con capacidad para 80 personas.

El edificio opresenta ábside semicircular y una sola nave de cuatro tramos divididos por arcos fajones apuntados que se cubrieron con bóveda de crucería sencilla.


La iglesia tuvo una torre de la que solo se conserva su parte inferior. También hay que destacar las numerosas marcas de cantería de su fachada.